Comentario
Capítulo XXVI
Que trata del valle de Combabalá hasta el de Aconcagua y de los indios y cosas que hay en él
Del valle de Combambalá al de Chuapa hay quince leguas, y desde éste de Chuapa al valle de la Liga hay otras quince. En estos valles llueve más recio y más tiempo en el invierno que en los valles que arriba dijimos. En estos valles corren ríos que traen mucha agua. Aquí demuestra la tierra otro temple más apacible y más sano. En muchas partes de esta tierra hay arroyos que corre muy buena agua por ellos. Hay ansí mesmo mucha hierba por los campos. En este tiempo estaban estos valles no bien poblados de indios.
Hay en estos valles y fuera de ellos muchos espinillos y arrayán y sauces, como en los valles ya dichos. Hay más otro género de árboles demás de los que habemos dicho, que son al modo de los granados de España, carecen de fruta, la madera es colorada de dentro de la cáscara. Es al modo del brasil esta madera.
De este valle de la Liga al de Concagua hay doce leguas. Este valle de Anconcagua es mejor y más abundoso que todos los pasados. Tiene tres leguas de ancho por las más partes y por otras partes poco menos. Tiene de la sierra a la mar veinte leguas. Tiene ovejas y mucho maíz y algarrobales. Corre por este valle un río caudaloso. Tienen sacado los naturales veinte y dos acequias grandes para regar todas las tierras que cultivan y siembran. Tiene pocos indios que no pasan de mil y quinientos. Solía haber mucha gente.
Residió en este valle siete meses el adelantado don Diego de Almagro con cuatrocientos hombres y seiscientos caballos y gran copia de gastadores. Y fue en el tiempo del invierno cuando allí estuvieron, y aquel año fue furioso y tempestuoso. Y de aquí se volvieron don Diego de Almagro con toda su gente que no quiso conquistar ni poblar en este reino.
Decíanle los indios a don Diego de Almagro, que eran unos indios que habían traído del Pirú, que hacía en este valle "ancha chire", que quiere decir gran frío, quedóle al valle el nombre de Chire. Corrompido el vocablo le llaman Chile, y de este apellido tomó la gobernación y reino el nombre que hoy tiene que se dice Chile.
Los señores de este valle son dos. Sus nombres son éstos: el uno Tanjalongo, éste manda de la mitad del valle a la mar; el otro cacique se dice Michimalongo, éste manda y señorea la mitad del valle hasta la sierra. Este ha sido el más tenido señor que en todos los valles se ha hallado.
Hay papagayos. Es valle templado. Hay de este valle de Anconcagua al valle de Mapocho doce leguas de fértil tierra. La gente de este valle es dispuesta y buen cuerpo y buen parecer. Andan vestidos de lana y los pobres andan vestidos de unas mantas hechas de cáscaras de una hierba que tengo dicho, la cual hilan y tejen. El hábito de ellos es como el que habemos dicho. Ellas traen una manta que les cubre desde la cintura hasta abajo de la rodilla, traen los pechos de fuera. Son causa que se estraguen los hombres en la condición. Traen otra tela que tendrá una vara que les cubre los hombros y las espaldas. Traen el cabello tendido. Tiénenlo en mucho. Tiénenlo por honra tener bueno y largo el cabello y tienen por muy gran afrenta tresquilarle los cabellos. La lengua de estos valles no difiere una de otra, y lo mismo en ritos y ceremonias todos son unos.